Bueno, amiguitos… sí, he estado esta semana un poco ausente. Las razones han sido más bien laborales (cuando toca entrega es letal, es letal) y han provocado una riada de comments en otros blogs, pero ningún post en este, el mio. Qué le vamos a hacer. Eso sí, contestar, he contestado a todo el mundo, eh. Pero eso no quita mi… dispersión.
Eso sí, la cosa no ha acabado. Va a venir una semanita un poco difícil ahora para el blog: me voy a la terreta. Y diréis: ¡Claro, son fallas! Bueno, pues sí y no.
Es que yo para las fallas… no soy. Porque vale, tienen su gracia, su cosa (si la encuentras) pero sinceramente, sólo le veo sentido si viene alguien de fuera y se lo enseñas. Porque para los que estamos allí (y más si no somos falleros) toooodos los años nos parece lo mismo.
Que si la plantà (la noche que “ponen” las fallas definitivamente), que si las protestas por las decisiones del jurado, que si cualquier idiota pone una valla y te corta una calle (“Xe! Si son falles!!”), que si petardos cada 0,3 segundos (“Xe! Si son falles!”), que si la comisión fallera del barrio y su banda de música bajo tu ventana a todas horas (“Xe! Si son falles!”), que si la ofrenda y un montón de gente que se la suda el resto del año, ese día lloran al ver a la Virgen gigante, que si el pasodoble “Valencia” siempre que una comisión entra en la plaza con su banda a dar la ofrenda, con lo que la retransmisión se hace INSOPORTABLE, que si las aglomeraciones -porque las calles están estrechadas por las fallas- (“Xe! Si son falles!”), que si los peruanos tocando la flauta de pan -pesaicos, pobres-, que si las cosas son o “lo millor del mon” o “caguerá de bou” sin término medio, que si Francisco ahí a todo trapo, que si la verbena cantando “güi bor, güi bor, ra llu” -we will rock you- atormenta la paz vecinal (“Xe! Si son falles!”)… puf.
Así que me voy, pero a Benicassim. Algo así como “mi pueblo” pero en versión light. Allí con el portatil leeré comics (jiji, gracias escaneadores!!), veré películas, escribiré guiones de series que a ver si la vendemos de una vez y descansaré al son de los pajarillos que trinan en los árboles del jardín. Ya verás, seguro que llueve.
Eso sí, para los que tengáis curiosidad fallera, os invito a disfrutar de una mascletà como dios manda. Una mascletá presentada por El Tío Masclet. Un amo. ¿Os acordáis de él? Pues no os perdáis ahora su mascletà.
Lo que me puedo reír, madre mía. Aunque mi momento favorito es el del 0:30, de gran realismo fallero, en el que el Tio Masclet no puede avanzar y tal es su afán e ilusión por ver la mascletà que exclama “vaaa!” ¡Con un movimiento corporal exquisito!
Ahora que ya sabéis qué es y cómo es una mascletà, os habéis convertido en uno más de los conquistados… ¡La hora ya ha llegado!
Ahora ya entendéis qué hago yo en Madrid, ¿verdad?. ¡Ay! Que grandes son los que hacen estos vídeos. Ains. Ma que fan riure! Jejeje!
Hala, tanto si vais a ver fallas como si no, pasadlo bien!
Prometo volver pronto. Ya veréis.
Ah, por cierto, el título del Post no tiene nada que ver. Pero es que he visto en las estadísticas que alguien llegó a mi blog buscando eso en Google… y me ha dejado tan flipado, que he tenido que darle un motivo.
Acaban de pasar…