Pásenlo bien el fin de semana, sean felices. Yo lo seré. ¡Nos vemos a la vuelta!
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Pásenlo bien el fin de semana, sean felices. Yo lo seré. ¡Nos vemos a la vuelta!
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Me voy de El Rey de la Comedia.
¡Sorpresa! ¡Murmullos! ¡Revueltas! ¡Indiferencia! ¡Nulo interés! ¡Yo sólo venía porque puse “Bárbara Goenaga en tetas” en Google y aparecí aquí (os juro que es cierto, hay peña que ha llegado por esto)! Pues bueno, tranquilos… que no es nada de rebote ni mal rollo.
Sí, me voy, pero porque he tenido la suerte de recibir una oferta de esas que Don Vito definiría como “una oferta que no van a poder rechazar”. Así que el programa 4, el que grabaremos mañana viernes pero emitiremos dentro de una semana, será el último que incluirá mi humilde nombrecillo en sus créditos (bueno, con lo despistados que son, igual por no cambiar todo ese jaleo lo dejan semanas y semanas…) bajo el epígrafe de: “Guionistas”. Que no “Guión”, que ese es un epígrafe distinto. Sí. Lo juro. Miradlo. No me preguntéis por qué.
Más que entrar en los motivos de “¿Por qué te vas?” prefiero entrar en los de “¿Por qué aceptas el otro trabajo?”. Y es que la oferta es justo lo que me apetece ahora mismo: Entrar en un departamento de guión joven (en otra productora fuerte) y con futuro y proyectos interesantes y de guión… de ficción. Hace muchísimo tiempo que quería volver al mundo “ficción” (para los neófitos, el mundo de guión se divide en 2 campos: Programas y ficción. El primero desarrolla los guiones de estructura de un programa, guión del presentador, sketches, entrevistas, etc… mientras que el segundo es el que desarrolla series de televisión) y esta es una manera muy cómoda de hacerlo, porque el primer proyecto al que me enfrentaré será un híbrido ficción-programa muy divertido.
Por otra parte, las condiciones laborales son muy buenas y el ambiente tiene pinta de ser muy agradable. Y encima, hay novedades en la manera de trabajar. En concreto, una de las “novedades” que me atrae muchísimo y que para muchos guionista será el pan nuestro de cada día, pero para los acostumbrados al mundo “programas”, volver a ella es muy especial: Trabajaré desde casa.
Joer, me apetece mucho, pero también me da miedo. Me veo en un mes, hecho una foquilla, (no digo sin afeitar porque ya voy así), en pijama, somnoliento, tirado en un sofá al lado del portátil, con el mando de la Playstation en el regazo, mientras una intrépida y sorprendida persona me dice: “Oye, son las 8 de la tarde, ¿no crees que va siendo hora de que comas algo… por lo menos un desayuno?”. Y ya ni cuento del tema “horarios de curro”. A mi que me da la manía de, en casa, trabajar por las noches… ¡puf!
En fin, que va a ser divertido. Permitid que no de más datos sobre donde, qué, cómo y para qué, pero dado que mi trabajo va a ser más de desarrollo de proyectos (y espero que en un futuro creación de los mismos) y formatos que no van a ver la luz hasta un tiempo después (y que ya veremos si participo en su paso final), prefiero ser un poco “callado”. Eso sí, cuando estrenemos algo ya os daré la brasa, faltaría más.
Sobre El Rey De la Comedia poco más tengo que decir. Que evidentemente lo seguiré, que ya es como un pequeño hijo mio y que, por mucho que ahora no me dedique a él como padre (en lo posible… más bien padre putativo -y puteado-), lo seguiré como un “tío” orgulloso.
En fin, acabo ya este post eterno y edulcorado, que ya está bien y me emociono y no es para tanto. Poco a poco iré contando más historias, pero hoy quería explicar claramente esta, para sentar la base.
Un abrazo fuerte y mucho ánimo a los concursantes. No dejéis de pasar por aquí quienes quieran seguir jugando en el blog.
Abrazos y suerte!
Y Dani, hale, ¡ya lo he soltado! Estarás contento, compañero. 😉
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¡Ni!
También intenté cambiar la cabecera con una tontería que había hecho con el photoshop pero nada, no ha habido manera. Al parecer mi plantilla es un híbrido mutante que no responde a los tutoriales que busco por la red. Mala suerte.
Por otra parte, apareció la idea de poner un mini-chat. Pero me pareció un poco agobiante la idea de, además de contestar todos los comments, charlar por el blog. Por ahora, creo que lo evitaré, ¡aunque quien sabe!
En fin, que me encantaría controlar más tonterías de html de ese, pero no controlo nada y lo poco que hago me cuesta horrores. Poco a poco iremos haciendo más tonterías con el blog, pero tengo miedo a que todo salte por los aires (o a que quede una horterada) y voy con pies de plomo.
Ah, también quité la ventanita esa emergente que aparecía al pasar por cada enlace o foto. Me agobiaba hasta a mi. Ahora me queda una duda (entre muchas): ¿Sigo con la ventanita de comments emergente o es mejor que se abra sustituyendo al post, en la ventana normal? Dudas, dudas…
Mientras contemplo cambios en este sencillo blog, me apetece compartir con vosotros un documento que os ilustrará sobre la increíble historia de mi nick (con una letra cambiada en homenaje a Harry). Un gran momento digno de un gran personaje. Sí señor.
Se que os gustará…
Los jefes se reúnen con otros jefes (de RTVE) para decidir cosas de jefes. Los sub-jefes se reúnen entre ellos para hacerse un esquema y que no les entre el pánico. Los redactores se reúnen con sub-jefes para ir haciendo listados y listados, llamadas y llamadas… y los guionistas miramos atónitos todo ese desfile. Así es nuestra vida esta semana. Por lo menos, estos dos días. Espero que cambie en breve.
Mientras recuerdo un sketche de Monty Python pensando en el día en el que, como siempre, se pongan histéricos y empiecen a pedir cosas al departamento de guión, con prisas y exigiendo. En fin, ese día, como siempre, ahí estaremos… pero a veces dan ganas de volverse “artista” y permitirse licencias y chulerías.
Dios, qué buenos son los Python. No me cansaré nunca…
Y no es un farol, oye. Bueno, sí, vale… quizás no era exáctamente mi nombre si no el de Galahan. Y vale, quizá no era exáctamente Galahan si no el de Galahad, pero a ver quien se acerca tanto a algo parecido ¡a ver quien!
Bien, bien, os lo explico…
“¡No puedes volver de Londres sin haber ido al teatro!”, decían. Al parecer, es una norma no-escrita que pulula entre los viajeros londinenses y nosotros, como no podía ser de otra forma, la cumplimos.
Y digo “como no podía ser de otra forma” porque la forma fué la de siempre: Yo me muero de ganas de algo pero no insisto porque pienso que sólo me va a gustar a mi y al final la intrépida acompañante de intrépida paciencia para estas cosas, me lleva a rastras. ¡Y no sabe cuanto se lo agradeceré!
Y casi casi, una manopla conejito de peluche.
¿Casualidad?
¡No lo creo!
¡Jeje!
Y… Continuará.
Ya sólo queda uno. Ánimo!
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Acaban de pasar…